lunes, 2 de noviembre de 2009

14 años DE IMPUNIDAD






(ADVERTENCIA: el relato que estás por leer es COMPLETAMENTE VERDADERO, aún cuando parece de ficción. )


"Me acuerdo de aquel día como si hubiera sido ayer.


Hace ya 14 años, y yo tenía 13 años.


Estaba en la escuela primaria, en Séptimo grado (fui de la última promoción que cursó séptimo ya que al año siguiente lo eliminaron; nunca hice Primer año, sino que nos pasaron de 7mo a 2do año del secundario.)


Me acuerdo perfectamente de que estábamos jugando a la "payana" en la galería; la escuela (José Matías Zapiola) queda a 500 metros de la
Fábrica Militar, y la puerta de entrada, como toda la galería era (y es) de vidrio.

Sólo recuerdo haber sentido como un temblor tremendo, y ver todos los vidrios desmoronarse encima nuestro. Lo primero que pensé era que habían puesto una
bomba en la escuela, porque unas semanas antes había habido una amenaza de bomba falsa, y habían evacuado el colegio.

Todavía no sé como salí por entre medio de los vidrios, y me paré en la vereda con unas compañeras de grado. Miramos hacia la fábrica y se veía un hongo de humo inmenso, negro, envuelto en llamas.


Como sería nuestra inocencia (e ignorancia) que no teníamos miedo.
No lloramos ni gritamos, sólo atinamos a ir a la casa de una compañera que vivía a unas cuadras de la escuela, más cerca de la fábrica.

En el camino recuerdo a la gente en la vereda, algunos llorando, todos mirando hacia aquel hongo nefasto, sin saber qué pasaba ni que hacer.
Llegamos a la casa de mi compañera, ella y yo, y en la vereda estaba la hermana mayor que lloraba, diciendo "el Papi, explotó la fábrica y ahí trabaja mi papá"... recién ahí nos enteramos de lo que había pasado.

La hermana de mi amiga me dijo "tenés sangre en la pierna", me miré y estaba lastimada, seguramente de cuando salí de entre los vidrios, no me dolía, ni me había dado cuenta.
Las dejé ahi y me volví sola a la escuela, porque pensaba que seguramente mis viejos me iban a ir a buscar y no me iban a encontrar.

Cuando llegué a
la escuela era un caos, autos, padres que buscaban a sus hijos, pero no veía a mi viejo. La familia de un compañero que vivía en mi barrio se ofreció a traerme y acepté.

En el camino nos cruzamos a mi papá que me iba a buscar así que les dije que pararan. Bajó el padre de mi compañero y mi papá, se abrazaban y lloraban, oí que mi papá decía "me destrozó la casa", nunca había visto llorar a mi viejo, esa imagen la veo con claridad todavía hoy.

Subí al auto de mi papá y tomamos viaje hacia la clínica a buscar a mi mamá que estaba trabajando.
Hicimos 2 cuadras cuando de golpe hubo otra explosión, dicen que mayor que la primera, el auto se paralizó, sentí que algo golpeó la ventanilla donde iba yo y los vidrios rotos me pegaron en la cara.

Bajamos del auto y salimos corriendo, hasta el día de hoy no sé si porque el auto no arrancó o porque pensamos que podía explotar. Cerca nuestro yo veía caer pedazos de cosas que no sabía que eran, muchos pedazos, que caían y se enterraban en la tierra, en el pavimento...

Nos metimos a una casa, con la dueña y todo, nos guarecimos abajo de un asador y rezábamos. A todo esto mi guardapolvo estaba lleno de sangre, porque al parecer los vidrios me lastimaron la mejilla derecha, así que mi papá agarró una mantel de esa casa para secarme la sangre.


Al rato nos fuimos, cruzando por la vía del tren, porque quedaba cerca de ahí la clínica donde laburaba mi vieja. En el camino veía la gente correr, autos, motos, colectivos, chicos uniformados de las escuelas en bici, todos huyendo sin saber muy bien de que huían y a donde.


Llegamos a la clínica, entramos por la entrada de las ambulancias, caián pedazos de techo, había mucha gente herida. A mi mamá la encontramos ahí nomás, al verme llena de sangre se asustó, me sentaron en la cocina, me lavaron la cara y vieron que era una cortada pequeña.


Ahí en la cocina estaba lleno de heridos; casi todos empleados de la Fábrica, a algunos los estaban cosiendo y curando.


A mi también me curaron, pero nadie sabía que desde ese día no volveríamos a ser los mismos, como individuos y como ciudad...."


HECHOS


*La explosión de la fábrica militar ocurrida el 3 de noviembre de 1995 arrasó con parte de la ciudad cordobesa de Río Tercero, de 43.000 habitantes, y dejó siete muertos, 300 heridos y 19.000 evacuados, además de 25 millones de dólares en pérdidas por los graves daños y destrozos.

*Esa explosión superó lo siniestro del atentado a la mutual judía AMIA en Buenos Aires, en 1994, que dejó 85 muertos y 300 heridos, no en la cantidad de muertos, pero sí en cuanto a lo inconcebible de que funcionarios del Estado nacional intentaran tapar un delito.

*La voladura de la fábrica militar fue considerada intencional por los peritajes judiciales, que establecieron que el fuego en un tambor de trotyl provocó los estallidos en cadena y que no pudo haberse iniciado accidentalmente.


EN MEMORIA DE LAS SIETE VÍCTIMAS FATALES DE ESE DÍA

Aldo Aguirre, Leonardo Solleveld, Romina Torres, Laura Muñoz,
Hoder Dalmasso, José Varela y Elena de QuirogaOtro aniversario de lo mas nefasto de mi vida y la de mi pueblo, SIN RESPUESTAS....

3 comentarios:

Vane dijo...

terrible, no tengo palabras. Igual que hace un año atras cuando te conoci, tuve que dejar de leer el relato varias veces porque no veia al tener los ojos llenos de lagrimas.
Inconcebible que sea intenciona, Horrible, injusto, no se, me deja sin palabras.
desde aca mi respeto para toda esa gente, para las familais de los 7 fallecidos y para todo rio tercero que ya nunca mas seran los mismos que antes de 95

un beso Valen.

MAMUCHA SILVIA dijo...

CONFIESO QUE FUE DIFICIL TERMINAR DE LEERTE, PORQUE LAS LAGRIMAS NO ME PERMITIERON, MEZCLA DE DOLOR POR LO QUE TE PASO, Y DE INDIGNACION ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ PERO TODO ES ASI EN ESTE PAIS, QUEDA SIN ESCALARECER, QUEDA EN LA NADA , Y DA BRONCA¡¡¡¡¡¡¡ COMO CIUDADANA , COMO ARGENTINA QUE TENGAMOS UN PAIS ES ALGUNOS ASPECTOS , TAN CIEGO , SORDO Y MUDO
UN BESO GRANDE EN ESTE MOMENTO

Unknown dijo...

Así hay muchas tragedias, en nuestros países latinoamericanos dependemos de inútiles gobernantes que solventan este tipo de cosas.

lunes, 2 de noviembre de 2009

14 años DE IMPUNIDAD






(ADVERTENCIA: el relato que estás por leer es COMPLETAMENTE VERDADERO, aún cuando parece de ficción. )


"Me acuerdo de aquel día como si hubiera sido ayer.


Hace ya 14 años, y yo tenía 13 años.


Estaba en la escuela primaria, en Séptimo grado (fui de la última promoción que cursó séptimo ya que al año siguiente lo eliminaron; nunca hice Primer año, sino que nos pasaron de 7mo a 2do año del secundario.)


Me acuerdo perfectamente de que estábamos jugando a la "payana" en la galería; la escuela (José Matías Zapiola) queda a 500 metros de la
Fábrica Militar, y la puerta de entrada, como toda la galería era (y es) de vidrio.

Sólo recuerdo haber sentido como un temblor tremendo, y ver todos los vidrios desmoronarse encima nuestro. Lo primero que pensé era que habían puesto una
bomba en la escuela, porque unas semanas antes había habido una amenaza de bomba falsa, y habían evacuado el colegio.

Todavía no sé como salí por entre medio de los vidrios, y me paré en la vereda con unas compañeras de grado. Miramos hacia la fábrica y se veía un hongo de humo inmenso, negro, envuelto en llamas.


Como sería nuestra inocencia (e ignorancia) que no teníamos miedo.
No lloramos ni gritamos, sólo atinamos a ir a la casa de una compañera que vivía a unas cuadras de la escuela, más cerca de la fábrica.

En el camino recuerdo a la gente en la vereda, algunos llorando, todos mirando hacia aquel hongo nefasto, sin saber qué pasaba ni que hacer.
Llegamos a la casa de mi compañera, ella y yo, y en la vereda estaba la hermana mayor que lloraba, diciendo "el Papi, explotó la fábrica y ahí trabaja mi papá"... recién ahí nos enteramos de lo que había pasado.

La hermana de mi amiga me dijo "tenés sangre en la pierna", me miré y estaba lastimada, seguramente de cuando salí de entre los vidrios, no me dolía, ni me había dado cuenta.
Las dejé ahi y me volví sola a la escuela, porque pensaba que seguramente mis viejos me iban a ir a buscar y no me iban a encontrar.

Cuando llegué a
la escuela era un caos, autos, padres que buscaban a sus hijos, pero no veía a mi viejo. La familia de un compañero que vivía en mi barrio se ofreció a traerme y acepté.

En el camino nos cruzamos a mi papá que me iba a buscar así que les dije que pararan. Bajó el padre de mi compañero y mi papá, se abrazaban y lloraban, oí que mi papá decía "me destrozó la casa", nunca había visto llorar a mi viejo, esa imagen la veo con claridad todavía hoy.

Subí al auto de mi papá y tomamos viaje hacia la clínica a buscar a mi mamá que estaba trabajando.
Hicimos 2 cuadras cuando de golpe hubo otra explosión, dicen que mayor que la primera, el auto se paralizó, sentí que algo golpeó la ventanilla donde iba yo y los vidrios rotos me pegaron en la cara.

Bajamos del auto y salimos corriendo, hasta el día de hoy no sé si porque el auto no arrancó o porque pensamos que podía explotar. Cerca nuestro yo veía caer pedazos de cosas que no sabía que eran, muchos pedazos, que caían y se enterraban en la tierra, en el pavimento...

Nos metimos a una casa, con la dueña y todo, nos guarecimos abajo de un asador y rezábamos. A todo esto mi guardapolvo estaba lleno de sangre, porque al parecer los vidrios me lastimaron la mejilla derecha, así que mi papá agarró una mantel de esa casa para secarme la sangre.


Al rato nos fuimos, cruzando por la vía del tren, porque quedaba cerca de ahí la clínica donde laburaba mi vieja. En el camino veía la gente correr, autos, motos, colectivos, chicos uniformados de las escuelas en bici, todos huyendo sin saber muy bien de que huían y a donde.


Llegamos a la clínica, entramos por la entrada de las ambulancias, caián pedazos de techo, había mucha gente herida. A mi mamá la encontramos ahí nomás, al verme llena de sangre se asustó, me sentaron en la cocina, me lavaron la cara y vieron que era una cortada pequeña.


Ahí en la cocina estaba lleno de heridos; casi todos empleados de la Fábrica, a algunos los estaban cosiendo y curando.


A mi también me curaron, pero nadie sabía que desde ese día no volveríamos a ser los mismos, como individuos y como ciudad...."


HECHOS


*La explosión de la fábrica militar ocurrida el 3 de noviembre de 1995 arrasó con parte de la ciudad cordobesa de Río Tercero, de 43.000 habitantes, y dejó siete muertos, 300 heridos y 19.000 evacuados, además de 25 millones de dólares en pérdidas por los graves daños y destrozos.

*Esa explosión superó lo siniestro del atentado a la mutual judía AMIA en Buenos Aires, en 1994, que dejó 85 muertos y 300 heridos, no en la cantidad de muertos, pero sí en cuanto a lo inconcebible de que funcionarios del Estado nacional intentaran tapar un delito.

*La voladura de la fábrica militar fue considerada intencional por los peritajes judiciales, que establecieron que el fuego en un tambor de trotyl provocó los estallidos en cadena y que no pudo haberse iniciado accidentalmente.


EN MEMORIA DE LAS SIETE VÍCTIMAS FATALES DE ESE DÍA

Aldo Aguirre, Leonardo Solleveld, Romina Torres, Laura Muñoz,
Hoder Dalmasso, José Varela y Elena de QuirogaOtro aniversario de lo mas nefasto de mi vida y la de mi pueblo, SIN RESPUESTAS....

3 comentarios:

Vane dijo...

terrible, no tengo palabras. Igual que hace un año atras cuando te conoci, tuve que dejar de leer el relato varias veces porque no veia al tener los ojos llenos de lagrimas.
Inconcebible que sea intenciona, Horrible, injusto, no se, me deja sin palabras.
desde aca mi respeto para toda esa gente, para las familais de los 7 fallecidos y para todo rio tercero que ya nunca mas seran los mismos que antes de 95

un beso Valen.

MAMUCHA SILVIA dijo...

CONFIESO QUE FUE DIFICIL TERMINAR DE LEERTE, PORQUE LAS LAGRIMAS NO ME PERMITIERON, MEZCLA DE DOLOR POR LO QUE TE PASO, Y DE INDIGNACION ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ PERO TODO ES ASI EN ESTE PAIS, QUEDA SIN ESCALARECER, QUEDA EN LA NADA , Y DA BRONCA¡¡¡¡¡¡¡ COMO CIUDADANA , COMO ARGENTINA QUE TENGAMOS UN PAIS ES ALGUNOS ASPECTOS , TAN CIEGO , SORDO Y MUDO
UN BESO GRANDE EN ESTE MOMENTO

Unknown dijo...

Así hay muchas tragedias, en nuestros países latinoamericanos dependemos de inútiles gobernantes que solventan este tipo de cosas.