viernes, 27 de mayo de 2011

#yo confieso

...que nunca fui "maternal", no antes de tener a mi hija.
Si bien siempre jugué con muñecas, con bebotes y todo lo acostumbrado de los juguetes de una niña, nunca me llamaron la atención los bebés, nunca supe como tratarlos, nunca había cambiado un pañal ni preparado una mamadera...
Recuerdo que muchas amigas mías andaban siempre atrás de cada bebé que veían; los alzaban y los llevaban a todas partes, incluso oficiaban de niñeras cuando los padres del niño se los pedían... A mi jamás se me hubiera pasado por la cabeza.

Ya de grande, mis amigas fueron madres, siempre quise mucho a esos niños, los visitaba, los atendía, pero no mucho más de eso; sólo lo justo y lo que era esperable de mi parte.

Cuando pensaba en tener hijos, siempre quise tener 3, pero lo veía como algo "a futuro" y muy lejano.
Pero como siempre, el destino no sabe de planes, y quedé embarazada. Tuve a mi hija. Fui mamá.

...y junto con mi hija, nacieron cosas en mí que nunca había sentido, cosas que ni siquiera hubiera imaginado que existían dentro mío. Toda la visión sobre el embarazo y los bebés, cambió radicalmente en mí.
Pasé de la casi indiferencia, a prestarle mucha atención a cada embarazada, cada bebé, emocionarme con los partos, interesarme por causas como la lactancia materna exclusiva y el parto respetado, conceptos que antes no existían para mí. Conocer sobre alergias, pediatras, medicamentos, vacunas, jardines, todo ese Universo desconocido hasta entonces....

Me redescubrí a mi misma a través de mi hija. Conocí cosas que nunca hubiera sabido que estaban ahí, y las sigo descubriendo día a día.
No digo que me muero por cada niño que veo, ni que adoro a todos los niños del mundo...
sólo digo que NACÍ COMO MADRE, en el momento en que mi hija vino al mundo.

2 comentarios:

Ann dijo...

A mí me pasó algo muy parecido... El primer infante en mi vida fue mi sobrina (política), a la que conocí el día que nació y desde ese momento amé. Sin embargo, con el nacimiento y los 1eros meses de G me di cuenta de que a Lola la había querido y malcriado pero nunca había reparado en su crianza y desarrollo en general. Me trato de acordar de si gateó, que cuándo se paró, etc, y ni idea. Supongo que uno se compenetra 100% en esas cosas cuando está en la platea preferencial, siendo parte de todo ese desarrollo con ellos!

Además, yo estoy convencida de que la maternidad me cambió tanto que me hizo mejor docente también. Los chicos pasaron de ser mi "objeto de trabajo" de alguna manera, y los empecé a ver como personas íntegras, a las que me fascina conocer, ayudar, y enseñar, y mil veces aprender de ellos!

Besos para vos y tu niña :)

Valen dijo...

GRACIAS ANN! es verdad, cuando se trata de nuestros hijos, es otro cantar, podemos tener mucha experiencia con niños pero cuando se trata de los nuestros ya cambia la cosa!! abrazos y gracias por visitar

viernes, 27 de mayo de 2011

#yo confieso

...que nunca fui "maternal", no antes de tener a mi hija.
Si bien siempre jugué con muñecas, con bebotes y todo lo acostumbrado de los juguetes de una niña, nunca me llamaron la atención los bebés, nunca supe como tratarlos, nunca había cambiado un pañal ni preparado una mamadera...
Recuerdo que muchas amigas mías andaban siempre atrás de cada bebé que veían; los alzaban y los llevaban a todas partes, incluso oficiaban de niñeras cuando los padres del niño se los pedían... A mi jamás se me hubiera pasado por la cabeza.

Ya de grande, mis amigas fueron madres, siempre quise mucho a esos niños, los visitaba, los atendía, pero no mucho más de eso; sólo lo justo y lo que era esperable de mi parte.

Cuando pensaba en tener hijos, siempre quise tener 3, pero lo veía como algo "a futuro" y muy lejano.
Pero como siempre, el destino no sabe de planes, y quedé embarazada. Tuve a mi hija. Fui mamá.

...y junto con mi hija, nacieron cosas en mí que nunca había sentido, cosas que ni siquiera hubiera imaginado que existían dentro mío. Toda la visión sobre el embarazo y los bebés, cambió radicalmente en mí.
Pasé de la casi indiferencia, a prestarle mucha atención a cada embarazada, cada bebé, emocionarme con los partos, interesarme por causas como la lactancia materna exclusiva y el parto respetado, conceptos que antes no existían para mí. Conocer sobre alergias, pediatras, medicamentos, vacunas, jardines, todo ese Universo desconocido hasta entonces....

Me redescubrí a mi misma a través de mi hija. Conocí cosas que nunca hubiera sabido que estaban ahí, y las sigo descubriendo día a día.
No digo que me muero por cada niño que veo, ni que adoro a todos los niños del mundo...
sólo digo que NACÍ COMO MADRE, en el momento en que mi hija vino al mundo.

2 comentarios:

Ann dijo...

A mí me pasó algo muy parecido... El primer infante en mi vida fue mi sobrina (política), a la que conocí el día que nació y desde ese momento amé. Sin embargo, con el nacimiento y los 1eros meses de G me di cuenta de que a Lola la había querido y malcriado pero nunca había reparado en su crianza y desarrollo en general. Me trato de acordar de si gateó, que cuándo se paró, etc, y ni idea. Supongo que uno se compenetra 100% en esas cosas cuando está en la platea preferencial, siendo parte de todo ese desarrollo con ellos!

Además, yo estoy convencida de que la maternidad me cambió tanto que me hizo mejor docente también. Los chicos pasaron de ser mi "objeto de trabajo" de alguna manera, y los empecé a ver como personas íntegras, a las que me fascina conocer, ayudar, y enseñar, y mil veces aprender de ellos!

Besos para vos y tu niña :)

Valen dijo...

GRACIAS ANN! es verdad, cuando se trata de nuestros hijos, es otro cantar, podemos tener mucha experiencia con niños pero cuando se trata de los nuestros ya cambia la cosa!! abrazos y gracias por visitar